Ningún niño merece ser abandonado, olvidado o despreciado. Cada niño que recibimos en C.A.S.A. ha sido rescatado de una situación muy precaria, muchas veces, de una relación abusiva.
 
Nuestra meta es que cada niño obtenga nuevamente su estatus de hijo en una familia adoptiva y permanente o en la reunificación, tan pronto como podamos. En Puerto Rico, la adopción es mucho más difícil luego de que los niños cumplan trece años de edad.
 
La triste realidad es que el encontrar un hogar adoptivo para un "teenager" es muy difícil, y los derechos legales de "hijos de crianza" nunca son, ni serán iguales a aquellos los cuales hijos naturales o adoptivos reciben.